domingo, 21 de abril de 2013

Tantas veces Silvio


Regrese de un vuelo lejano (o mejor dicho de acostumbrarme al ritmo trabajo/universidad). Regreso con alegría desbordada porque al fin pude cumplir uno de mis sueños más anhelado que es oír en vivo a Silvio Rodríguez.
 
No sé desde cuando, creo que como casi el 60% de la música que oigo, la fui escuchando de los cassettes y LP's (cuanta antigüedad) de mi mamá. En nuestro volkswagen en cada travesía íbamos cantando sus canciones, incluso teníamos un cancionero. La primera canción que recuerdo canta es Unicornio azul, tan pequeña y tan alegre. Mis papás fueron creciendo conmigo y enseñándome más canciones, entiendo poco a poco.  Al fin este 19 de abril pude cumplir lo que yo pensaba imposible. Hace unos años el vino y yo no pude ir a verlo. Este viernes de abril, un abril que espere tanto como la canción, lo vi y llore con cada canción porque me evocaron no solo amor y lucha sino también tantos recuerdos de mi infancia. Mi primer (y propio) cassette de Silvio Rodríguez me lo compró mi papá un día en el Parque de Barranco, en el puesto de un pata igual a Charlie García, donde solíamos encontrar buena trova. Lo compró en una de sus visitas a la Posada del Ángel con mamá. El cassette me acompañó largo tiempo hasta que nos lo robaron.. con todo y carro, pero espero que a los ladrones les haya gustado.
 
Silvio Rodríguez se presentó ante un público que colmo la explanada del Monumental, cantó cada una de sus canciones, le pidió que no se vaya y lo aplaudió a rabiar por su talento pero en especial por su mensaje y su convicción. Un artista que se comprometió, que ha luchado y que nos demuestra que el arte y el talento también son un medio para difundir, construir memoria y emprender la lucha de justicia.
 
Muchas fueron las canciones que cantó. Emoción inmensa al poder oírlo cantar La canción del elegido, El necio y Playa Girón. No pude evitar llorar cuando cantó Ojalá, Sueño con serpientes y Mariposas. Cada canción tiene una historia para mí de manera personal y verlo fue recordar, pero también convencerme de que hay esperanza.
 
La noche fue corta y faltaron muchas canciones como Sueño de una noche de verano, Como esperando abril, Causas y azares, Casiopea, Canción de Harapo, Santiago de Chile... uf, la lista es inmensa. Espero que haya una segunda oportunidad.
 
Los dejo con un video que encontré de aquel mágico momento:


La maza y Ojalá