domingo, 16 de septiembre de 2012

Poema 4


CEREMONIA SOLITARIA ALREDEDOR DE UN TINTERO

Todo el mundo huye de mi corazón
Porque parece un cocodrilo. Todo el mundo dice
Que no soy un hombre sino un árbol derribado. Nadie sabe
Que entre mis ojos de niño y mi pecho cansado
Hay solamente musgo, llanto, flores indecibles,
Versos que parecen de oro puro
Y no son sino fragmentos de una estrella de papel.
No es culpa mía si estoy hecho de cristales amargos,
De irremediable ceniza y líquidos ardientes
Que se disputan mi ternura y sin cesar empujan
Dolorosas poleas, émbolos y ruedas escarlata.
Soy solamente un puñado de tierra que tropieza,
Un insolente juguete de cabellos negros
Y dientes amarillos. No es culpa mía
Si no parezco de carne y hueso, si bajo mi sombrero
Y mi pantalón gastado palpita un cielo puro,
Si todo el mundo dice que no amo a la gente
Porque me pongo una corbata y observo el firmamento,
O porque estoy hecho de sustancias aciagas,
De sonrientes materias que sollozan y sollozan
Y sollozantes materias que sonríen y sonríen.
Soy solamente un animal que escribe y se enamora,
Un laberinto de células y ácidos azules,
Una torre de palabras que nunca llega al cielo
Porque no toca ni se apoya en los luceros,
Sino en mi pobre corazón siempre en tinieblas,
Siempre en el fondo de un tintero,
Como si fuera un cocodrilo.

Jorge Eduardo Eielson

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