Los eventos ocurridos la semana pasada en la localidad de Bagua son un claro ejemplo de la crisis interna en la que nos encontramos. No se trata de un problema nacido en la actualidad, no es de hace un mes o hace 10 años. No se trata de un gobierno o una nueva tendencia económica, es un problema que se viene arrastrando desde nuestros inicios como república. Bagua es una muestra más de la incompetencia, no sólo del actual gobierno sino también de los anteriores, para ejercer un plan de integración nacional que no sólo se ocupe del desarrollo económico sino que implemente mejores medidas de salud, integración y educación.
Otro factor importante es que Perú no es Lima, sin embargo la capital del país vive de espaldas al resto, creyendo que se puede pagar con vidas el desarrollo de la llamada modernidad. Lamentablemente este es un problema que se viene arrastrando generación tras generación y tiene su más crudo reflejo en la literatura nacional. Tanto Solari Swayne, Salazar Bondy o Julio Ramón Ribeyro nos demuestras como la modernización nos ha pasado la factura con la vida de nuestros compatriotas. Sus obras literarias reflejan a las personas más grises, a los olvidados de la sociedad nacional, a los olvidados por el gobierno, a los olvidados por Lima, quien no es consciente que en sus manos radica gran parte del futuro nacional (Lima representa el 30% de los votos a nivel nacional). Hoy aquellos que han alzado su voz de protesta son los mismos que son excluidos de los proyectos de modernización, industrialización y urbanismo. La literatura, no ha hecho más que hacer un llamado a la conciencia nacional, durante años y con mayor fuerza desde los 50, desde el teatro y luego con la narrativa. Muchos artistas nacionales han tratando mediante sus obras que se deje de mirar hacia el mar y que se voltee hacia nuestra latente realidad, hacía la sierra y la selva. Nos han pedido a gritos que nos demos cuenta que detrás de los viajes turísticos y las fotos con los niños con ponchos coloridos hay toda una diversidad de culturas, hay pueblos y hay vidas que han sido y seguirán siendo ignoradas por el sistema político nacional.
Ignorados por el resto de ciudadanos, que ahora los miran como “unos salvajes”. La pregunta es ¿No serán salvajes aquellos que no pueden ver más allá de sus narices? ¿Quiénes son los salvajes, los que reclaman o los que oprimen?
Los ataques a los policías son lamentables y tanto las muertes de los nativos como la de policías y otros civiles no tienen justificación alguna, pues la justicia no puede ser tomada en las manos del pueblo, pues se convierte en una ilegitimación del poder. Sin embargo, hay que remarcar que lo ocurrido en Bagua es la muestra del desborde al que ha llegado el cansancio de los pueblos indígenas por no ser escuchados. Bagua es simplemente una muestra del sentir de las comunidades selváticas y andinas. Es sólo un botón de lo que se viene sucintado al interior del país, sin que nos percatemos. Estos vacíos dejados por el estado no sólo se reproducen en los periodos de “modernización” implementados por el gobierno de turno, sino que dan pie a la incursión de grupos subversivos como sucedió durante los años 80, dándole paso a 20 años de conflicto armado. Siendo nuevamente los mayores perjudicados los pueblos de la sierra y de la selva. Los más vulnerables ante el caos y la violencia.
Nada justifica los asesinatos cometidos por ninguno de los dos bandos, pero como dije anteriormente esto es la respuesta más desesperada de un sector de la sociedad olvidado desde siempre. Este es sólo un llamado a la conciencia nacional y espero realmente que sirva en algo para que los peruanos no siga viendo al Perú por la televisión sino que se dé cuenta que hay que conocer y oír antes de juzgar o excluir.
Otro factor importante es que Perú no es Lima, sin embargo la capital del país vive de espaldas al resto, creyendo que se puede pagar con vidas el desarrollo de la llamada modernidad. Lamentablemente este es un problema que se viene arrastrando generación tras generación y tiene su más crudo reflejo en la literatura nacional. Tanto Solari Swayne, Salazar Bondy o Julio Ramón Ribeyro nos demuestras como la modernización nos ha pasado la factura con la vida de nuestros compatriotas. Sus obras literarias reflejan a las personas más grises, a los olvidados de la sociedad nacional, a los olvidados por el gobierno, a los olvidados por Lima, quien no es consciente que en sus manos radica gran parte del futuro nacional (Lima representa el 30% de los votos a nivel nacional). Hoy aquellos que han alzado su voz de protesta son los mismos que son excluidos de los proyectos de modernización, industrialización y urbanismo. La literatura, no ha hecho más que hacer un llamado a la conciencia nacional, durante años y con mayor fuerza desde los 50, desde el teatro y luego con la narrativa. Muchos artistas nacionales han tratando mediante sus obras que se deje de mirar hacia el mar y que se voltee hacia nuestra latente realidad, hacía la sierra y la selva. Nos han pedido a gritos que nos demos cuenta que detrás de los viajes turísticos y las fotos con los niños con ponchos coloridos hay toda una diversidad de culturas, hay pueblos y hay vidas que han sido y seguirán siendo ignoradas por el sistema político nacional.
Ignorados por el resto de ciudadanos, que ahora los miran como “unos salvajes”. La pregunta es ¿No serán salvajes aquellos que no pueden ver más allá de sus narices? ¿Quiénes son los salvajes, los que reclaman o los que oprimen?
Los ataques a los policías son lamentables y tanto las muertes de los nativos como la de policías y otros civiles no tienen justificación alguna, pues la justicia no puede ser tomada en las manos del pueblo, pues se convierte en una ilegitimación del poder. Sin embargo, hay que remarcar que lo ocurrido en Bagua es la muestra del desborde al que ha llegado el cansancio de los pueblos indígenas por no ser escuchados. Bagua es simplemente una muestra del sentir de las comunidades selváticas y andinas. Es sólo un botón de lo que se viene sucintado al interior del país, sin que nos percatemos. Estos vacíos dejados por el estado no sólo se reproducen en los periodos de “modernización” implementados por el gobierno de turno, sino que dan pie a la incursión de grupos subversivos como sucedió durante los años 80, dándole paso a 20 años de conflicto armado. Siendo nuevamente los mayores perjudicados los pueblos de la sierra y de la selva. Los más vulnerables ante el caos y la violencia.
Nada justifica los asesinatos cometidos por ninguno de los dos bandos, pero como dije anteriormente esto es la respuesta más desesperada de un sector de la sociedad olvidado desde siempre. Este es sólo un llamado a la conciencia nacional y espero realmente que sirva en algo para que los peruanos no siga viendo al Perú por la televisión sino que se dé cuenta que hay que conocer y oír antes de juzgar o excluir.
3 comentarios:
Qué bien que todavía haya unas pocas personas a las que les interese el desarrollo integral del país. Simplemente porque Bagua no está a la vuelta de la esquina no justifica nuestra indiferencia.
Me gustó mucho Male :)
Sabia q el problema en Bagua no podia faltar en tu blog! Justo ahora estoy viendo las noticias...estan pasando la marcha en el centro de Lima!
Creo que un problema social va mucho más allá de la inacción de una de las partes (en este caso el Estado), sino también, de la incapacidad de los representantes de los nativos en este caso, de canalizar sus reclamos por la vía dmeocrática. De plano, la violencia es condenable, pero tambien se debe de condenar a aquellos que siendo electos legítimamente, no recojan el sentir de su pueblo y que al contrario, alienten la violencia.
Lamentablemente, tanto la clase política, como la sociedad en general, se ha acosntumbrado a que la violencia sea en únicocanal por el que se puede acceder a la atencióin del gobierno. Si verdaderamente, se desea lacnazar una democracia plena, es necesario que todos tengmaos presente que el Perú es un gran cominidad y que nadie debe darse la espalada con nadie, y mucho menos, acuidir a actos que destruyan con el órden público.
Muy interesante tu artículo, es necesario que este tema sea tratado y manejado por todos. Entre mayor difusión, mayor será la posibilidad de llegar a la tan anelada paz.
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