¿Qué pasaría si un día alguien decide hacer un cine en el Palacio Arzobispal? ¿Qué les parece un Norkys en el Cordano? Podemos tomar todo el Centro de Lima y convertirlo en un gran centro comercial. Podemos encontrar grandes tiendas y entretenimiento a costa de los centros históricos de la ciudad. Donde alguna vez se congregó la movida cultura ahora se planea construir una tienda por departamentos. Se trata de nada más y nada menos que del Palais Concert, construido por la compañía de Eiffel. Este edificio ubicado en el Jirón de la Unión ha tenido el privilegio de albergar a la cúpula intelectual de toda una época. En ella el Grupo Colónida realizaba sus reuniones, Vallejo, Mariátegui entre otros artistas e intelectuales se congregaron en este espacio que reanimó la apacible vida nocturna de Lima de esas épocas. La siempre recordada frase de Abraham Valdelomar nos dice mucho de lo que fue el Palais Concert para todo el boom bohemio y cultural de nuestro país durante los primero años del siglo XX.
El Perú es Lima, Lima es el Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert y el Palais Concert, soy yo.
Ahora casi un siglo después estamos ante el abandono de un edificio que podría ser restaurado para convertirse en un centro cultural, un café con zonas de lectura o hasta una galería, sin embargo el desperdicio de tal pieza arquitectónica convertirá el Palais Concert en una tienda por departamentos. No hay que olvidar, que este edificio ya ha sido usado como pollería y discoteca. Si en el discurso actual se habla de recuperar los espacios históricos del Centro de Lima, que se quiere crear más espacios de comunicación cultural, espacios de expresión para los diversos grupos es lamentable ver, nuevamente, como el discurso no va de la mano con la realidad. En lugar de usar las construcciones emblemas se prefiere darle la chance al postor que implique menos riesgo. Será que entre los probadores, mientras uno escoge entre un jean o un polo podremos convertirnos en parte de aquel espacio cultural que estuvo rodeado de música, literatura, arte o simplemente dejaremos que el Palais Concert sea entregado (como parte de la debacle cultural del país) a un fin simplemente económico que mantiene el consumo de las masas.
Decir que no se puede hacer nada es la salida más fácil, pero intentarlo no cuesta. Nosotros podemos convertirnos en el Palais Concert y el Palais Concert puede convertirse en el Perú si se usa como espacio para nuevas oportunidades para artistas, colectivos y a todos aquellos que buscan recuperar y generar nuevas propuestas en lugar de ir a comprar un polo que luego se verá replicado en las calles por mil. Tiendas Ripley tenemos de sobra pero aún faltan en la ciudad espacios que den la oportunidad de acercar a más personas las propuestas de artistas nuevos, lugares donde se puedan compartir ideas y tendencias diferentes.
1 comentario:
Interesante reflexión, Male. Sin duda, el legado histórico de aquel edificio es muy grande como bien lo has documentado, y merece un trato digno a lo que simboliza: no necesariamente la vida bohemia, sino la efervescencia intelectual de la que fue testigo nuestro país en la época de Valdelomar et al. Muy cierto también es que ahora con fines de lucro cualquier edificio puede convertirse en una tienda. Sin embargo, el obstáculo es más grande de lo que parece: no es sólo el interés comercial, sino también el DESinterés de las autoridades y del público en general por realizar cualquier obra que evoque y resalte el rol de la cultura en nuestra vida. Si vas a la calle y preguntas, muy pocos sabrán qué fue el Palais Concert - es más, te aseguro que muchos te mirarán extrañados, como si les hubieras insultado en chino. Lo que sugiero es que primero la sociedad debe estar informada del problema en su real dimensión, y poco a poco se puede juntar adeptos a la causa, incluyendo aquellos que sí son capaces de dirigir un potencial proyecto de reconstrucción o similar. Tal vez si difundes la idea un poquito más, llegarán los interesados, ¿no crees?
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