El 26 de mayo el estimulo que movió a los peruanos para caminar para defender nuestro país superó a los miles que estuvimos en las calles. Se dice que fuimos 6 mil y las cifras van en aumento. La cifra es alta, no la sé con certeza, pero cuadra tras cuadra del Centro de Lima se llenaron de un mar de gente que pedía por Justicia, Dignidad y Memoria.
Hoy les escribo como joven, estudiante, mujer y peruana. Estar en la Marcha del 26 de mayo, convocada por la Coordinadora de Derechos Humanos y el colectivo NO Keiko, me ha llenado de aquella esperanza que menguaba en estos últimos días. Recordamos que un país que olvida está condenado a repetir su historia.
Como joven me alegra y me emociona ver como miles de jóvenes salieron a las calles con libertad y con orgullo a pedir a todos los ciudadanos que recuerden. Pedimos por un país que no sea indiferente ante la impunidad, una ciudadanía que reclama, Mientras más se le exige al gobierno este tendrá más respeto, orden y transparencia. Se pidió por el recuerdo de la sangre derramada de miles de jóvenes y por aquellos que han sido olvidados durante el gobierno de Alberto Fujimori. Se hablaba de una generación X, se decía que ahora ya no había esa inquietud en la juventud. Esta marcha demostró que estamos dispuestos a velar por la democracia y la libertad en el país.
Como estudiante de la Universidad Católica debo decir que siento orgullo porque fuimos más de 600. Sin contar a todos aquellos que por responsabilidades académicas o laborales no pudieron asistir, sin embargo estuvieron acompañando en la preparación. Nos dicen caviares, dicen que no tenemos la actitud de los estudiantes de los 70, dicen que es pura pose. A mí me quedó claro que no todo lo que dicen es cierto. No callaremos si se amenaza la construcción y desarrollo de una sociedad integrada pues se agrede a todos los peruanos. Había gente de las diferentes facultades pidiendo por la memoria, por un voto que no reivindique el periodo más oscuro de nuestra historia republicana. Pedimos por la vigilancia permanente de la democracia y por un gobierno que respete la autonomía de la universidad.
Como mujer salir a las calles para pedir por un voto que no olvide la memoria y la dignidad ha sido realmente significativo. El mundo está dando un cambio, espero la llegada de una mujer a la presidencia, sin embargo, en este caso la elección de Fujimori sólo sería un retroceso. No llegaría por sus logros políticos, por su trabajo social o por su trayectoria. Llegaría como la representante de una dinastía manejada por un hombre que denigró la imagen de la mujer desde el maltrato cometido contra su esposa, hasta los maltratos dados a miles de madres con esterilizaciones forzadas o con el silencio e impunidad ante las miles de denuncias por abuso sexual perpetrados por las FF.AA.
Foto de Buda de Nieve
Como peruana siento que hemos dado un gran paso. Fueron generaciones diferentes las que se unieron. Diversos estratos sociales, muchos credos, personas que fueron víctimas directas, jóvenes que éramos pequeños cuando el fujimorismo devastó el país, diferentes profesiones, estilos, géneros. Todos a una sola voz para pedir que no olvidemos nuestra histori al momento de elegir, pues conscientes de nuestro pasado podemos formar un mejor futuro. La gente aplaudió, recibió los volantes, hubo transeúntes que pasaban de largo y algunos que también gritaban cosas en contra. El 26 de mayo nos ha demostrado que hay esperanza, que debemos trabajar por la democracia y que no debemos vender nuestro voto por miedo. Luego de la primera vuelta quedé devastada y mis fuerzas se iban agotando ante la desesperación del regreso del pasado. Caminar en esta marcha con amigos, compañeros de estudios, con madres, con trabajadores, con peruanos valientes me ha demostrado que tenemos las fuerzas para seguir defendiendo al país. Si elegimos al fujimorismo tendremos de regreso los 10 más dañinos de nuestra historia, no sólo por la muerte que trajo. También representa la corrupción, la destrucción de la estructura gubernamental, la falta de respeto por los Derechos Humanos, la devaluación de los derecho laborales, la tendencia asistencialista, la destrucción de un sistema educativo que aún no termina de cuadrar, la compra de los medios de comunicación, el uso de la violencia para la represión y sobre todo significa que como peruanos no hemos aprendido la lección.
El jueves 26 del 2011 se escuchó fuerte y claro “PERU TE QUIERO, POR ESO TE DEFIENDO.” “UN PUEBLO CONSCIENTE, NO ELIGE DELINCUENTES”
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