martes, 19 de enero de 2010

En cada esquina del mundo

Escuchas tu nombre y sonríes, sabes que como siempre llama para una dulce conversación. Hasta una tierna canción de esas que cantan solos con la guitarra que sacas del cuarto de tu padre. Todo a escondidas para que nadie lo vea, solo tú lo oyes muy bajo en tu habitación mientras te acurrucas entre las frazadas. Tu nombre se oye bien y sus palabras en canción son ideales para curar tu insomnio. El sabe que amas aquella canción, porque te hace recordar lo que diste y lo que quebraron. Escuchas las primeras palabras y sólo vuelves a sentir que aquellas noches que amabas las han roto con mentiras y palabras que hieren a cualquiera. Te acuerdas incluso entre las frazadas cómo es que se te quebró el pecho de pena. La canción era perfecta porque el mundo entero se desgarra de tristeza y pobreza, eso te daba fuerzas para seguir porque no importa tu dolor cuando hay peores.

Yo vengo a ofrecer mi corazón, tanta sangre que se llevó el río, yo vengo a ofrecer. No será tan fácil, ya sé que pasa, no será tan simple como pensaba. Como abrir el pecho y sacar el alma

Cada vez que escuchas tu nombre de su boca suena mejor, porque no es como el resto. Al fin encontraste a alguien que te enseñe. Aprendiste a no llorar más por quienes te hieren, porque por cada lágrima que estas llorando un niño llora de hambre o una madre muere por no poder alimentarlo. El te enseñó, ahora te das cuenta que cuando mamá decía que sólo construías castillos en el aire sólo trataban de que seas más hacia ellos que hacia el resto. Ahora sabes que si vives en el mundo, que si respirar el aire junto con muchos millones de personas entonces es necesario que pienses en todos y si la ayuda no es suficiente con la ayuda tienes que abre el corazón.

Sabes que el sueño te gana, porque el sueño te ayuda a sanar aquello que otros destruyen y cuando el vela tu sueño es mejor porque sabes que por esa noche no habrán pesadillas. Entonces, sientes su brazo rodearte, te sientes segura. Cierras los ojos pero no puedes alejar las imágenes de las calles, de aquellas que has tenido estos últimos días, porque al fin te has dado cuenta que fuera de tu casa todo es real. Todo es sincero y brusco, en cada esquina te enfrentas al mundo. Quieres cerrar los ojos y ver cosas dulces, quieres cerrar los ojos y dormir tranquila pero no puedes porque afuera las cosas son diferentes a lo que te enseñaron. Ustedes están cobijados y afuera la gente se congela. Un abrazo puede hacer que te sientas bien ahora pero mañana saldrás y no podrás con ellos porque creciste con todo y hay quienes crecen sin más que nada. ¿Qué harás con aquellas vidas que te miran con pena de hambre y soledad? Estas echada y al fin te quieren de verdad como eres y sin recelos, pero no puedes seguir en paz porque a cambio de tanto amor no has dado nada a la vida que se desgarra en los niños de las calles, que te llora en cada esquina y que se destruye sin educación, sin un maestro, sin un libro.

Basta de miedos y basta de sustos, no puedes seguir y lo sabes. Así sea difícil o seas la única, no importa que digan que sueñas o que pierdes el tiempo. Basta de creer y mirar, basta de pensar y no actuar porque mientras los remordimientos comen las entrañas del hombre la miseria mata a hermanos en las calles, aquellas que nuestra modernidad construyo. Los pobres no son mascotas ni recuerdos de obras navideñas, son nosotros mismos sin la ropa elegante, sin la comida y con la carita sucia. Que no los veas o que te niegues a verlos no significa que no existan y lo sabes, por eso quieres cerrar loss ojos pero algo en ti y en él te obligan a abrirlos y ver el mundo como es con ironías y sonrisas tristes de ojos que lloran en las calles tanto en las noches frías como en el verano mientras trabajan en el sol o la lluvia.

Cuando te despiertes el ya se habrá ido para que tu papá no lo encuentre para que duermas tranquila. Abrirás los ojos y por más que trates de no recordar las imágenes del día anterior su eco regresará con cada bocado, con cada chorro de agua y en cada prenda de ropa, pero no para que te sientas culpable sino para que reacciones y entiendas que tu realidad no es el mundo sino que el mundo trata de que entiendas al resto para entenderte a ti misma.



1 comentario:

Barbarita dijo...

me gusta mucho la cancion de Fito:
cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazon,
cuando los satelites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón

me gusto mucho el post!

solo cuando cambiemos nosotros, empezaremos a cambiar el mundo =)

un abrazo!