domingo, 11 de abril de 2010

Leonor, puedes respirar


Leonor se había escondido debajo de las frazadas de mi cama en un día de lluvia lo que sólo podía indicar que algo no andaba bien. Me tuve que limitar a sentarme en la mecedora, en medio de aquella forzada oscuridad, para escuchar los sollozos de Leonor y ver como de vez en cuando sacaba su mano para jalar un pañuelo Klennex de la cajita sobre el velador.

Era una etapa, siempre lo era, yo prefería volcar mi frustración con un buen par de audífonos y la música a todo volumen, tan perturbadora que las ideas se me removían. Saltaba por mi habitación como una desquiciada para que las ideas se me sigan removiendo hasta las entrañas, así era más fácil olvidar o sentirse menos culpable o tal vez odiar menos a alguien. Leonor en cambio prefería esconderse en una colcha, con los ojos hinchados, con las lágrimas en las almohadas. Esta vez era grave, por eso no se podía ir a su casa, sino su mamá la vería así y lo solucionaría con un calmante más, con una pastilla adicional al coctel que le mando el psiquiatra, porque al parecer para nadie es normal, excepto para nosotras, que alguien se deprima y no coma. No le hablaba porque con ella en ese estado era un trabajo casi en vano. Debía esperar a que se calme, que salga de la colcha con sus ojos negros ahora rojos por el llanto y con la mano extendida para que la ayude a levantarse. Llorar la agotaba, restaba de ella las pocas fuerzas que recolectaba durante el día y sin embargo llorar siempre fue una de los pocos escapes que tuvo durante el tiempo en que piso descalza la tierra.

- ¿Qué pasó? Es decir, la historia completa.

- La historia completa Celeste es que ya me aburrí.

Leonor se había aburrido del 80 por ciento de las cosas que había emprendido, porque no encontraba muchas que las llenara, todo era vacío menos las clases de ballet, menos los poemas de Eguren. Todo era aburrido menos poder hablar con conmigo, comer helados los viernes luego de clases, prestar atención a la clase de filosofía y conversar con el único amigo que tenía aparte de mí. Leonor pensaba que era una sensación de bienestar que sin embargo fue desmejorando, no porque ella se haya aburrido, sino porque él también se aburría de las cosas rápidamente. De eso fue, creo yo, que la pequeña Leonor se aburrió. Alguien se había aburrido de ella y eso era más difícil de asimilar que el resto de los problemas.

Sus sollozos me arrullaron y cuando volví a abrir los ojos tenía su rostro justo en frente. Que se haya levantado de la cama significaba que ya estaba lista para hablar sin tener que ocultarse debajo de la colcha.

Secó las lágrimas que aún le corrían por las mejillas, se sentó, acomodó la colcha alrededor suyo y empezó a hablar y hablar sin parar, era la segunda etapa. Iba a hablar conmigo lo que no le podía decir al psiquiatra porque en terapia la oían y después sólo la medicaban. Ella sólo quería que por alguna maldita vez la oyeran y nada más, sin pensar más, sin decir o analizar. No se trataba de develar los misterios de la vida, no al menos en este momento.

- ¿Quieres comer?

- Si.

- ¿Quieres comer en serio?

- No lo sé, pero si quiero comer.

- Ok. Helado entonces.

Al fin y en medio del helado llegó la tercera etapa, al fin L estaba lista para hablar sin atragantarse con sus sollozos y los pucheros que uno hace cuando las lágrimas salen de manera desenfrenada. Ahora si podía hablar tranquila, era el momento en que yo entendía que era lo que había sucedido exactamente, mejor que en terapia, mejor que en la vida de medicamentos que le habían hecho vivir y por algunas veces en su existencia sin sentirse culpable de comer o al menos no tan culpable. Por momentos callaba, tenía que ordenar las ideas, limpiarse los ojos y volver a acomodar la colcha como único escudo ante la realidad que a todos nos toca y con la que hasta el último de sus días no supo lidiar bien.

- ¿Fue como regresión?

- Algo así Celeste, fue triste.

Leonor regresó a los 4 años, o mejor dicho a los recuerdos que uno tiene de cuando tenía esa edad. Se es demasiado pequeño para recordar todo pero lo suficientemente consciente para grabar en la memoria aquello que de cierto modo nos hizo crecer, por ser algo bueno o algo malo. Leonor se había puesto mal luego que se parara tras la misma ventana en que esperaba a que llegara su papá cuando apenas era una niña. Había sido de nuevo engañada como lo solía hacer él, sólo que ahora era una nueva persona.

- Me voy, pero igual te voy a seguir viendo.

Fue lo que le su papá le había dicho a Leonor antes de irse de la casa y por su puesto en aquella época, cuando ella comía y no necesitaba ir a terapia su mamá le aclaró que ellos se divorciaban pero que ellos se seguirían viendo. Todo fue una mentira, no una mentira de su mamá sino de su papá que nunca más cumplió con su palabra. Al parecer si te aburres de Leonor dejar de cumplir con tu palabra, entonces eso se convierte en la mejor solución para calmar tu conciencia.

Luego de que nadie llegara la tarde anterior se paró detrás de la ventana y recordó como solía esperar a su papá los viernes, con sus zapatos de charol y su mochila lista. Supuestamente así pasarían el fin de semana juntos, ella le contaría con quien jugó en el nido, o que al fin hizo una nueva amiga “Se llama Celeste papi, un extraño nombre”, le iba a contar que comió, que le dijo su mamá y lo mucho que lo extrañaba, pero su papá nunca llegó. Fueron 5 minutos, fueron 10 minutos, fue a comer galletas y a hablar con su abuelo mientras esperaba, pasaron 30 minutos y decidió quedarse en la ventana. Papá había dicho a las 4 pero bueno a veces los adultos se retrasan pensaba ella. Ahora tenía 17 y no podía dejar de volver a los 4 años y recordar cómo sus ilusiones, puestas en el jardín delantero de la casa a través de la ventana por donde tenía que pasar su papá para recogerla como lo prometió, se desvanecieron junto con él.

- Más helado por favor.

- ¿Para que sigas tu relato?

- Si Celeste, más helado por favor.

Me siguió contando. Llamó el lunes como si nada hubiera pasado a pedir disculpas pero sin explicar nada, luego que Leonor se quedó el fin de semana como ahora con los ojos hinchados y la nariz roja de tanto llorar. La nana la sacó de la habitación porque sabía que su mamá le había pedido el teléfono para gritarle a su papá por ilusionar a la niña, a una pequeña.

- ¿Siempre fue así?

- Fueron solo 3 meses antes que desapareciera por completo, lo vi dos veces.

Leonor estaba convencida que así como su padre fue un malvado por mentirle a una niña, por crear expectativas que jamás iba a cumplir y sobre todo por actuar como si nada malo hubiera sucedido, de igual manera ella había sido una tonta por creer que llegaría a buscarla. Fue una tonta por aferrarse a las ventanas y llorar cuando su madre, su nana o su abuelo la sacaban de ahí, tonta por creer que algún día llegaría. Cuando creció siempre pensó que no iba a esperar a nadie más, que luego de lo que había pasado era imposible que alguien volviera a mentirle, porque para ella no podía haber nada peor que engañar a una niña, pero otra vez como en muchas de sus inocentes estimaciones de la realidad se equivoco.

Terminó su historia y siguió son su helado. Al fin pude entender porque estaba tan mal, no sólo le habían mentido sino que por eso habían vuelto a ella los recuerdo que pensó estaban ya suficientemente enterrados. Terminó de comer su helado, se arregló el cabello y tomo una de mis casacas.

- ¿Está lloviendo?

- Si, a cantaros.

- Perfecto Celeste, es hora de salir.

Bajo corriendo las escaleras de la casa, cuando abrió la puerta el aire frío entró de manera perturbadora, volteo y me dio una de esas sonrisas que dicen gracias.

- Leonor, ya para que gastas tus energías. Córtalo y punto.

Ahora que Leonor ya no está es que entiendo que ella sólo quería la lluvia y la verdad, eso era suficiente. Al menos al final de ese largo día y luego de decir todo lo que guardaba pudo respirar con normalidad de nuevo.



1 comentario:

Marisella dijo...

MI QUOTE! MI QUOTE! Me emociono! xDDD

Bien triste el relato. Y con la música de fondo....peor! Pero el final con la lluvia alegró un poco la situación!

Se terminó todo? No habrá más Leonor y Celeste? Yo quiero más! >_<